Una noche por delante, demasiadas por detrás confesándole a mi almohada que nadie me ve llorar. Cuando llegan las estrellas temo que mi sensatez subestime mi mania de querer volverte a ver. Y una vez duerma mi cabeza tomará el mando el corazón, soñaré que tú me despiertas que aun vive tu apuesta por nosotros dos. En cuanto cierro los ojos se me encoje el corazón, lo que dura un parpadeo es ya una foto de los dos. Y aunque sé que nuestra historia es la que nunca pudo ser en algunos de mis sueños ser valiente es tu papel.


Son tan fuertes mis latidos que el sonido de mi voz no se escucha cuando a gritos pide que me haga mayor. Por eso cada noche me muero, después me envuelve un rayo de sol, se quedan en la cama mis sueños y me salgo yo. A veces al hablar de mi vida término por romper a llorar supongo que es así como empiezo a contar lo que quiero decir de verdad.


Hasta siempre compañero nuestra historia se acabo, hasta siempre amigo mío ya no hay sitio para dos. Por eso cada noche me muero y las mañanas me hacen vivir, así de día tengo mis años y en cambio de noche mis años veloces regrasan a mi...