En un día de estos en que suelo pensar hoy va a ser el día menos pensado, nos hemos cruzado, has decidido mirar a los ojitos azules que ahora van a tu lado. Desde el momento en el que te conocí resumiendo con prisas tiempo de silencio, te juro que a nadie le he vuelto a decir que tenemos el record del mundo en querernos.


Escapando una noche de un bostezo de sol me pediste que te diera un beso, con lo baratos que salen mi amor, qué te cuesta callarme con uno de esos. Pasaron seis meses y me dijiste adiós, fue un placer coincidir en esta vida, ahí me quedé en una mano el corazón y en la otra excusas que ni tu entendías.


Por eso esperaba con la carita empapada que llegaras con rosas, con mil rosas para mí, porque ya sabes que me encantan esas cosas que no importa si es muy tonto soy así. Y aún me parece mentira que se escape mi vida imaginando que vuelves a pasarte por allí, donde los viernes cada tarde como siempre la esperanza dice quieto y quizás sí.


Y es que me pongo a pensar que el amor verdadero es tan solo el primero, y es que empiezo a sospechar que los demás son solo para olvidar…