Rebuscando entre las cosas que guardo con más cariño, en un libro me encontré una foto en blanco y negro de cuando mi padre era un niño, su pantalón de remiendo con su aro y su flequillo. Hay que ver cómo pasa la vida y el tiempo, Dios mío hay que ver, otra vez he sentío por dentro ganas de volver, ya es tarde y no puede ser.

El jarrillo en la tinaja, mi gente y sus buenos días. Hoy la lluvia en el cristal, del recuerdo me arrancaba que el panaero venía con su carro y sus canastas, pan de leña repartía. Ya lo sé, de sobra lo sé, que me quedo solita en la mesa si hablo de volver, que es tarde y no puede ser.

Cuántas noches me despierto buscando la luz del día. Qué bonito es despertar y asomarse a una ventana con el sol recién salió, qué bonita es la mañana del sitio donde has nació. No “pue” ser, no te acuerdes de aquella mañana, que no puede ser, no te acuerdes de aquella ventana y no mires el tren, que es tarde y no puedes volver.

En silencio repasaba las hojas del viejo libro. En la pagina ciento diez gastao de tanto cogerlo que casi no se leía, un billete en blanco y negro de regreso a Andalucía. Otra vez he soñao que estaba despierta y me desperté, otra vez cuando iba corriendo y he perdió el tren, quien pudiera dormirse otra vez.

Quien pudiera volver a desandar otra vez el camino mare mía, quien pudiera volar y escaparse, quien pudiera volver y quedarse para siempre en Andalucía.